El cuerpo es como una carta:
mira dentro de esa carta y juzgas
si es digna de ser leída por el Rey.
Dirígete hacia una esquina de tu cuarto,
abre la carta, y lee lo que está escrito,
y fíjate si las palabras también
son dignas de la realeza.
Si no son las adecuadas,
rompe la carta en pedacitos,
escribe otra carta,
y remedia los errores.
Mas no creas que es tan fácil
Mas no creas que es tan fácil
abrir la carta de nuestros cuerpos;
de otra manera cualquiera podría
descubrir los secretos del corazón.
Cuan difícil es el abrir esa carta!
Esa tarea es solamente
para los mas fuertes,
y no para cualquiera
quién solo pretende
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