¿Podemos convertir una reacción adictiva en una relación iluminada?
Sí. Estando presente e intensificando progresivamente tu presencia mediante la atención al ahora. Tanto si vives solo como si vives en pareja, ésta es la clave. Si quieres que florezca el amor, la luz de tu presencia debe ser lo suficientemente intensa como para no verte arrollado por el pensador o por el cuerpo-dolor,confundiéndolos con quien eres. Conocerse como el Ser que está detrás del pensador, la quietud que está detrás del ruido mental, el amor y la alegría por detrás del dolor, eso es libertad, salvación, iluminación. Desidentificarse del cuerpo-dolor es llevar la presencia al dolor y así transmutarlo. Desidentificarse del pensamiento es poder ser el observador silencioso de tus pensamientos y de tu conducta, especialmente de los patrones repetitivos de tu mente y de los roles que representa tu ego.
Si dejas de ensuciar la relación con el ego, de investirla de «yoidad», la mente pierde su cualidad compulsiva. Esta cualidad de la mente, en la que se comporta de forma inconsciente y compulsiva, está formada básicamente por la constante tendencia a juzgar y a resistirse a lo que es, creando así conflicto, drama y más dolor. De hecho, en el momento en que dejas de juzgar y aceptas lo que es, eres libre de la mente. Has creado espacio para el amor, para la alegría, para la paz. Primero dejas de juzgarte a ti mismo; después dejas de juzgar a tu pareja. El mayor catalizador del cambio en las relaciones es la aceptación total de tu pareja tal como es, dejando completamente de juzgarla y de intentar cambiarla. Eso te lleva inmediatamente más allá del ego. A partir de entonces todos los juegos mentales y el apego adictivo se acaban. Ya no hay víctimas ni verdugos, ni acusadores ni acusados. La aceptación total también supone el final de la codependencia; ya no te dejas arrastrar por el patrón inconsciente de otra persona, y de este modo se termina continuidad de un ser y un obrar inconscientes. Entonces, o bien os separáis —con amor—, o bien entráis juntos más profundamente en el ahora, en el Ser. Es así de simple.
Eckhart Tolle
No hay comentarios:
Publicar un comentario