su amada
Si la luz del amor ha penetrado este corazón,sabe que
también hay amor en aquel corazón.
Sin la otra mano, ningún ruido de palmoteo sale de una
mano.
La sabiduría Divina es destino y su decreto nos hace
amarnos el uno al otro.
Por eso está ordenado que cada parte del mundo se una con
su consorte.
El sabio dice: Cielo es hombre, y Tierra, mujer.
Cuando la tierra no tiene calor, el Cielo se lo manda;
cuando pierde su frescor y su rocío, el Cielo se lo devuelve.
El Cielo hace su ronda,como un marido que trabaja por su
mujer.
Y la Tierra se ocupa del gobierno de su casa: cuida de
los nacimientos y amamantalo que pare.
Mira a la Tierra y al Cielo, tienen inteligencia, pues hacen el
trabajo de seres inteligentes. Si esos dos no gustaran placer
el uno del otro, ¿por qué
habrían de andar juntos como novios? Sin la Tierra,
¿despuntarían las flores, echarían flores los
árboles?
¿Qué, entonces, producirían el calor y el agua del Cielo?
Así como Dios puso el deseo en el hombre y en la mujer
para que el mundo fuera preservado por su unión. Así en cada parte de la existencia planteó el deseo de la otra
parte.
Día y noche son enemigos afuera; pero sirven ambos un
único fin.
Cada uno ama al otro en aras de la perfección de su mutuo trabajo.
Sin la noche, la naturaleza del. Hombre no recibiría
ganancia alguna, y nada tendría entonces el día para
gastar.
Hermoso este poema.
ResponderEliminarMuchas gracias!!
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