martes, 14 de abril de 2015

Porque no?


Las sensaciones más hermosas son las que no podemos relatar con palabras. Para hacerlo nuestra mente debería describirlo. ¿Se puede describir la emoción de un padre al tener en sus brazos por primera vez a su hijo recién nacido? ¿el llorar de alegría? ¿el escalofrío que recorre el cuerpo al sentir la intuición de nuestro propósito existencial? ¿el beso apasionado de los enamorados? ¿la mirada dulce de una abuela?. Al despertar del sueño pasamos al estado de vigilia. De él podemos conectar en nuestro interior con el espíritu para acercarnos a sentir con el alma que es el máximo estado de plenitud. Se dice que al lograrlo cuando miro una flor,me miro a mi mismo.Mi ser interactúa para crear al observador de la flor y a la flor. Ese es el mirar desde el alma, donde ningún concepto se interpone,donde somos uno con lo que nos rodea,en todos los planos y dimensiones. Ese estado de inocencia prístina,de no dualidad, del cese del ruido de pensamientos. Dejar de hacer castillos en el aire con las ideas para habitar ese espacio interior? Porque no?@Sv


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