Observa a un pintor pintando; esa es la diferencia entre un verdadero artista y un técnico. Si el pintor es un simple técnico que conoce la técnica de la pintura, que sabe cómo hacer las cosas, que sabe de colores, pinceles y lienzos y que ha realizado el aprendizaje, funcionará con la cabeza. Será un técnico. Pintará, pero sin poner todo de sí en la pintura. Observa a un verdadero artista que no es un técnico. Se ensimismará en la pintura, como borracho. No sólo pintará con la mano ni sólo con la cabeza. Pintará con todo su ser, con las entrañas, participarán sus pies, su sangre, sus huesos, su médula, todo en él participará. Puedes observarlo, verlo, sentirlo, que está plenamente en su tarea, perdido. No existe nada más. Está borracho...
Cuando estás completamente metido en algo, vives el éxtasis. Cuando te metes parcialmente, seguirás siendo desdichado, porque una parte de ti se moverá al margen del todo. Se producirá una división, una escisión, una tensión, una angustia.
Si amas con la cabeza, tu amor no te proporcionará una experiencia extática. Si meditas con la cabeza...
Antes iba a nadar a un río, y me encantaba. Siempre que volvía, me observaba un vecino mío y se daba cuenta de que estaba en éxtasis. Un día me preguntó: ¿Qué ocurre? Siempre te veo ir al río, y te pasas allí horas nadando. También voy a ir yo, porque pareces muy feliz.
Yo le dije: Por favor, no vengas. No lo entenderás, y el río se pondrá muy triste. No, no vengas, porque tu motivación será una barrera. Nadarás, pero estarás esperando a que te inunde esa sensación de felicidad. Nunca te ocurrirá, porque sólo ocurre cuando no eres.
Nadar puede ser meditación, como correr...cualquier cosa puede ser meditación si tú no eres. El éxtasis es algo del corazón, de la totalidad. Con "corazón" me refiero a la unidad orgánica, total.
Y baila hoy, no mañana. Que la danza sea aquí y ahora, y que venga de tu totalidad. Abandónate; emborráchate.
Sí, la alegría es una locura, y sólo los locos pueden permitírsela. La persona cuerda, normal y corriente, es tan lista, tan astuta y calculadora que no puede permitirse la alegría, porque no la puede controlar. Igual que he dicho que la sociedad no puede controlar a una persona alegre, he de decir lo siguiente: que no puedes controlar tu alegría, no puedes controlar tu éxtasis. Si quieres seguir manteniendo el control, nunca serás alegre, sólo desdichado. Sólo la desdicha puede ser controlada, por la sociedad o por ti...
La alegría no estallará dentro de ti hasta que haya desaparecido todo control. La alegría no se somete a ningún control; es salvaje.
El éxtasis es salvaje; no puedes controlarlo. Tienes que perder todo control. Tienes que lanzarte al abismo, y es un abismo insondable. Caes y caes y nunca llegas al fondo porque la alegría no tiene fin...
Cuando bailes enloquecidamente, cuando cantes enloquecidamente, cuando sientas una alegría sin control, sin tu presencia, cuando tu alegría sea plena, desbordante, cuando te sientas inundado por ella y abandones todo control, verás un milagro. La vida y la muerte bailarán juntas, porque desaparecerá toda dualidad".
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