En este momento me elevo, y me libero
De las fronteras del tiempo y el espacio.
Danzaré en aquella huerta que no ha sido hollada
Por pie de hombre alguno.
Con los míos, se moverán los pies de la danzarina.
Haré música en el centro de ese elevado mundo.
Quizá alguna humana voz se acoplará a mi voz.
Rebasaremos al horizonte distante,
Quizá nos despertaríamos en la aurora
De un mundo lejano.
Mas el Amor perdura, y nunca se olvidarán
Las marcas de sus dedos.
El santo fuego arde,
Y cada chispa que vuela
Es un sol apagado.
Más nos conviniera,
Más aconsejable sería
Para nuestro gobierno
Encontrar un minúsculo escondrijo
En donde poder dormir nuestra
Terráquea divinidad,
Postergando los inconvenientes
del Reinado nuestro
Para el día siguiente,
En aras de ese Amor
de la endeble humanidad.
GIBRÁN KHALIL GIBRÁN
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