domingo, 23 de marzo de 2025
Ratones
Omar, el monarca que gobernaba el reino al oriente del río Ganges estaba preocupado. Tras largos años de buena racha, el consejo de sabios de la corte le habían anunciado que preveían lluvias copiosas que harían perder las cosechas de la próxima zafra. Para quedar a cubierto, ordenó a sus soldados que trajeron a los sótanos del palacio toda la harina que pudiesen encontrar. Las consecuencias de esta decisión no se hizo esperar: el Palacio Real se inundó de ratones. La situación era insostenible. Tras un largo debate, el consejo de ministros le sugirió al monarca que trajese la mayor cantidad de gatos posibles. "Su olor los ahuyentara" le dijo su consejero. Así fue, pero también hizo irrespirable la atmósfera de aquel lugar. Esta vez, decidieron salir a buscar cuanto perro encontraran para alejar a los gatos. Respiraron aliviados pero cuando quisieron sacar a los perros no pudieron. "Si traemos algunos tigres, no quedará ni un sólo perro" exclamó el gran Visir. Los tigres se aquerenciaron cómodamente y tampoco querían salir. Nadie se movía de su habitación por temor a ser devorado. El rey, se deslizó por una cuerda desde su balcón hacia el exterior, montó en su caballo y fue en busca de elefantes, que son los únicos animales a los que les teme el tigre. La presencia de estos enormes animales hizo huir a los tigres. Pero por su tamaño destrozaron cuanto mueble había. La pregunta del millón es como los sacamos ahora? Sólo había una forma. Trayendo de vuelta a los ratones". @SpoturnoV
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