domingo, 10 de junio de 2018

Los Caballeros de la Orden del Temple

Godofredo de Bouillón y Baldovino miraban unos papiros que tenían sobre una mesa. En sus caras se percibía asombro e incredulidad. Raimundo recitaba en voz alta: "un día con tu señor es como mil años de los que contáis, él dispone en el cielo todo lo de la tierra. Luego todo descenderá a El en un día cuya duración es como mil años, Los ángeles y el espíritu ascienden hasta El en un día cuya duración es de cincuenta mil años". Estas tres frases son del Corán, de distintos versículos, concluyó con cara adusta. "palabras del Profeta Mahoma". Baldovino leyó: "Cuanto tiempo permaneciste en la tierra? Ellos responderán, hemos pertenecido un día o menos". Godofredo se puso de pie y dijo en voz baja: "la biblia dice: Para dios mil años son como un día y un día son como mil años". "Investiguemos esto con cautela y ahora lancemos el ataque final sobre Antioquía". Corría el año 1097. Ese fue el inicio de su búsqueda de esa relatividad del tiempo que hablaban en las escrituras. Las cruzadas estaban haciendo ver a estos hombres otra forma de ver el mundo, lejos de la monopólica y revelada verdad que les imponía la Iglesia. La conquista de tierra santa y la entrega de la mezquita de Al-Aqsa, antiguo templo del rey Salomón que Godofredo II hizo a Hugo de Payens, primer gran maestre y uno de los nueve caballeros franceses fundadores de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo es un hito, el templo pasó a ser su cuartel general y tomaron su nombre. Godofredo II llevando aparte a Payens, le dice; "recuerda nuestro trato, más importante que el control de Jerusalén es llegar a la verdad. Desde el Concilio de Nicea la quema y destrucción sistemática de libros y documentos nos ha dejado sólo con una versión parcial de la historia un único propósito para el papado, mantener el poder". Paysens asintió y en voz baja dijo: "Sólo dejaremos sutiles pistas para futuras generaciones y una formación iniciática sólo para aquellos capaces de guardar los secretos, incluso aún ante la tortura y la muerte". La incógnita que da comienzo este relato sería revelada a través de su sello. El gran maestre Everaldo de Barrés en 1153 se reune con el rey de Jerusalén Baldovino III, solemnemente le comunica: "Hace unos años prometimos revelar un misterio que aquejaba a los primeros conquistadores de ésta tierra santa y empeñamos nuestra palabra ante Godofredo II. Nuestro sello es para los demás es una confirmación de la prueba del voto de pobreza que juramos para entrar en la orden: dos jinetes sobre un caballo." Hace una pausa, bebe un sorbo de agua, se aclara la voz y continúa su relato, "hemos trabajando intensamente, en secreto, con los místicos sufíes y magos orientales,intercambiando información, hemos recorrido largas distancias y derribado barreras mentales y prejuicios para corroborar nuestras teorías y hemos redescubierto un principio vital: tenemos un doble, un cuerpo etérico o ser superior que vive en otro espacio y tiempo. Para él "mil años son a a nuestros ojos como un día" y nos da la información que nos permite tomar las mejores decisiones para nuestra vida". El joven rey, balbuceó: "pero.. como? "La respuesta está también en las escrituras, aunque cambiaron su sentido: es no pienses en hacer al prójimo lo que no quisieras que el prójimo piense en hacerte a tí, el pensamiento es la clave, una energía poderosa" "Pero cuidado! difundir esta verdad haría que la Iglesia ponga precio a nuestras cabezas, porque no necesitaríamos jerarquías eclesiásticas intermediarias para comunicarnos con dios, porque él vive en nosotros" concluyó el maestre. Durante las siguientes décadas la Orden había logrado un código secreto codificado en su lenguaje y escritura, en su arte, en su arquitectura cargada de simbolismo. En  1312 Clemente V promulga la bulla "Vox in excelso" acusando a los Templarios de herejía, idolatría, simonía  y apostasía. Carta libre para perseguir y aniquilar a todos los miembros de la Orden. Clemente no tenía clemencia. 113 caballeros templarios habían sido asesinados en Francia por Felipe IV. El XXIII Gran Maestre de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y el Templo de Salomón, Jacques Bernard de Molay muere en la hoguera frente a la Catedral de Notre Dame en París, el 14 de marzo de 1314 el último templarios francés, no sin antes exclamar a viva voz desde la pira; "Los emplazo ante el tribunal de Dios! a ti Clemente antes de los cuarenta días y a ti Felipe dentro de éste año, les llegará su hora". El Papa Clemente V, tildado de títere de Felipe, que residía en Avignón muere el 20 de abril. Un dato curioso es que el Dante en la Divina Comedia lo coloca junto a su antecesor Bonifacio III en el octavo círculo del infierno. El rey Felipe IV "el hermoso" muere el 29 de noviembre de ese año, en un accidente de caza en Fontainbleau, cumpliéndose la maldición del temple. Disuelta la Orden, todos los mitos y leyendas que giran en torno a ella siguen danzando en la mente del imaginario popular. Todo el misticismo y la leyenda se cruzan entre el Santo Grial, el Sudario de Turín, el Priorato de Sión, la adoración a la virgen negra, la historia de María Magdalena, la cabeza delBaphomet, los saberes alquímicos, todo queda en un espeso y denso humo de misterio como el que consumió con sus llamas al último gran maestre, Jacques de Molay. @SpoturnoV







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