miércoles, 9 de mayo de 2018

Scheherazade-

"Levántate corazón, alza tu voz y canta porque quien no acompaña al coro de la luz, seguirá perteneciendo a los engendros de las sombras"
                                                  Khalil Gibrán
Shahryar era un rey de la antigua Persia, en un tiempo sin tiempo, Su vida transcurría entre sabios, apasionados como él de la alquimia, la astrología y los secretos del cosmos y de la vida. Sumido en sus cavilaciones, meditaciones y procesos de pensamiento abstracto transcurrían sus días. Por la noche, el palacio real se transformaba en un banquete exótico y variopinto, trovadores y juglares, bailarinas y artistas de la comarca, aunque Shahryar muchas veces estaba ausente. El gran visir era quien ejercía la función de gobierno y sólo consultaba al rey en asuntos graves de estado. Alí, el visir creía que su señor estaba medio loco. Laila, la gran reina, era presa de hastío y aburrimiento profundo. Un día un mercader de alfombras le piropeó, arriesgando su cuello. La reina, lejos de denunciar esta herejía hacia su persona, se sintió, por primera vez en mucho tiempo, objeto de atención y reivindicada como mujer hermosa que lo era. Quitó su vestido e hizo el amor con pasión con aquel desconocido. De inmediato fue interrumpida por los eunucos de palacio y llevada ante el rey. Laila fue ejecutada de inmediato. El rey, se prometió a si mismo no ser engañado nunca más por mujer alguna. A partir de ese día, cada compañera de alcoba era ejecutada al amanecer. Scheherazade, la hija de un sultán, se propuso la meta de transformarse en la reina de Persia, pero sin morir en el intento. Cuando sintió que era su hora, se presentó como postulante en palacio. Fue despedida por sus familiares que ya anticipaban su duelo. Ella era una mujer hermosa, pero sabía que no eran tanto sus atributos físicos lo que le permitirían salir con vida. Sobrevivió la primer noche, luego otra y otra. Al cabo de un tiempo Shahryar le pidió matrimonio. Fue la boda más fastuosa e inimaginable que se recuerde. Al cabo de 1000 noches le empezó a relatar a un escriba el más famoso relato árabe: "las 1001 noches". Scheherazade se había preparado con los mejores maestros en las mismas artes y ciencia que el rey. Luego de hacer el amor comenzaban sus relatos. El rey atrapado por sus relato y verborragia terminó enamorándose. Siempre le susurraba al oído "hablas muy lindo". Ella respondía "de las personas y sus acciones te habla cualquiera, quédate con quien puedas hablar del universo". Como decía el poeta:" Hay una trémula primavera en cada invierno del corazón y un sonriente amanecer se esconde tras el velo de cada noche". @Satsang

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