miércoles, 15 de abril de 2015

El Hijo Pródigo

Primero, el ser humano yacía enrollado en un pequeño espacio dentro de su madre. Cuando nació, abrió ligeramente sus ojos y miró alrededor. Al ver el inmenso espacio y la tremenda luz, sus ojos se agrandaron y se llenó de estupefacción. ¿Adónde he venido solo? ¿Quién va a darme apoyo? ¿Cuál va a ser mi suerte? Este tipo de miedo surgió en su mente. Inmediatamente después del nacimiento, con el primer choque, comenzó a llorar. Después de un rato, se le dio una gota de miel para chupar. Con esto se sintió aliviado, pensando que todo iba bien y que tenía el soporte de alguien; así pues, se calmó. 
Pero este primer choque de miedo estaba ya tan engranado en su psique, que se asusta al más ligero sonido; sin embargo, de nuevo se calma cuando se le da la miel o el pecho de su madre. De esta manera, al tomar soporte externo a cada paso, este ser humano es dependiente del soporte de sus padres.
A medida que crecía, sus maestros, junto con sus padres, comenzaron a darle conocimiento sobre el mundo. Después de eso, los maestros de la escuela le prepararon en las ciencias físicas tales como la geografía, la geometría, la geología,, las cuales valen tanto como el polvo.
Cuando uno entra en la etapa de la juventud mira de nuevo alrededor buscando más soportes para su vida. Está predeterminado en este mundo que el soporte para la vida viene del dinero, las relaciones; así pues, junta riqueza y una esposa. Da por hecho que puede sostenerse sólo con estos apoyos y así malgasta su tiempo. Con la fama, la erudición, el poder y la autoridad, la riqueza y la esposa, suma cada vez más prosperidad y cada vez está más atrapado.
Las principales posesiones le dan autoestima. Se olvida el conocimiento de su naturaleza real. Las posesiones comienzan a esfumarse una a una.
Lleno de pánico, pregunta, ¿Qué voy a hacer ahora? Estoy perdiendo mis soportes por todos lados.En ese momento la única posesión valiosa,la que siempre estuvo y estará siempre allí lo recibirá.Trazando un paralelismo con la parábola biblíca del hijo pródigo abrazará al Ser,su maestro interior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario